Partidarios del (no) celebran este 19 de septiembre de 2014, en Ediburgo, Escocia.EDIMBURGO. Escocia rechazó poner fin a una unión de 307 años con el Reino Unido y, tras el histórico referendo, el líder nacionalista Alex Salmond anunció que dejará su cargo en su partido y como primer ministro.

La votación a favor de permanecer en el Reino Unido es un alivio para millones de británicos, entre ellos el primer ministro David Cameron, cuyo puesto estaba en juego, y para sus aliados en todo el mundo, que estaban inquietos ante la perspectiva de una división del Reino Unido.

Los vencedores celebraron con aplausos, besos y bebiendo vino en una fiesta en Glasgow, la ciudad más importante de Escocia donde se impuso la opción separatista, mientras que el líder nacionalista Alex Salmond reconoció su derrota y horas después dijo a periodistas que renunciará.

Los unionistas se impusieron con un 55 por ciento de los votos, mientras que los separatistas obtuvieron el 45 por ciento de los 3,6 millones de sufragios escrutados. La consulta marcó un récord de asistencia electoral del 85 por ciento.

Pero los líderes británicos dijeron que la unión debe cambiar para ser duradera.

“Para mí como líder, mi tiempo está casi acabado pero para Escocia la campaña continúa y el sueño nunca morirá”, dijo Salmond a periodistas en Edimburgo, la capital escocesa que respaldó la unión.

Salmond dijo que no aceptará la nominación como líder del Partido Nacional Escocés en una conferencia anual en noviembre y que renunciará entonces como primer ministro.

Pero advirtió a Londres de demorar sus promesas de una devolución de poderes.

“Hay 1,6 millones de personas que optaron por la independencia”, dijo Salmond en una conferencia de prensa. “Creo que se expresarán, y en voz alta, si desaparecen los compromisos hechos”, agregó.

El resultado impide que Salmond, de 59 años, vea realizado su sueño de una Escocia independiente, una meta por la que trabajó durante toda su vida adulta, con una mezcla de cálculos inteligentes y pasión nacionalista.

Cameron dijo que el tema de la independencia escocesa quedó zanjado por una generación.

“No puede haber disputas ni nuevas votaciones, hemos escuchado el deseo de los escoceses”, dijo el primer ministro fuera de su residencia oficial londinense, en Downing Street.

La reina Isabel II, quien está en su castillo escocés en Balmoral, dijo este viernes que estaba segura de que los escoceses podrán volver a unirse en un espíritu de respeto mutuo tras las divisiones en el referendo.

“Para muchos en Escocia y en otros lugares hoy habrá fuertes sentimientos y emociones encontradas entre familia, amigos y vecinos”, dijo en una declaración excepcional.

Las encuestas que mostraron un aumento del apoyo a la opción separatista en las últimas dos semanas llevaron a Gran Bretaña a prometer más poderes a Escocia, una medida que enfureció a algunos legisladores británicos en Westminster.

En un esfuerzo por detener el descontento, Cameron se comprometió a forjar un nuevo arreglo constitucional que le garantice a Escocia los poderes prometidos pero que también dé más atribuciones a Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte.

“Al igual que Escocia votará por separado en el Parlamento escocés sobre asuntos de impuestos, gasto y bienestar, Inglaterra también lo hará, y también Gales e Irlanda del Norte deberían poder votar sobre estos asuntos”, dijo Cameron.

“Y todo esto debe tener lugar en tándem y al mismo ritmo que el acuerdo para Escocia”, añadió.

Analistas sostuvieron que la promesa de Cameron de más poderes para las partes que constituyen el Reino Unido buscaron sedar a “la bestia dormida del nacionalismo inglés”.

Los conservadores de Cameron han visto a algunos de sus miembros irse al partido independentista UKIP, un grupo que no quiere que el Reino Unido forme parte de la UE, antes de un referéndum sobre la pertenencia al bloque que Cameron ha prometido para finales de 2017 si gana en las elecciones del próximo año.

“No estoy convencido por lo que he escuchado esta mañana del señor Cameron de que él quiera abordar seriamente ese asunto”, dijo el líder del UKIP Nigel Farage.

Cualquier votación británica para abandonar la UE generaría nuevos llamados de los nacionalistas escoceses para una nueva votación sobre la independencia.

“Hemos elegido la unidad sobre la división, y el cambio positivo en lugar de la separación innecesaria”, dijo Alistair Darling, responsable de la campaña “Better Together” y un ex ministro de Finanzas británico.

Los unionistas habían advertido que la independencia dañaría la imagen del Reino Unido en el mundo y que generaría incertidumbre financiera, económica y política.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y los líderes de la UE habían dejado en claro que querían que el Reino Unido no se separara.

En Bruselas, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, elogió el viernes el resultado del referendo y lo definió como un hecho positivo para Europa.

“Saludo la decisión del pueblo escocés de mantener la unidad de Reino Unido”, dijo Barroso en un comunicado. “Este resultado es bueno para la Europa unida, abierta y más fuerte que quiere la Comisión Europea”, sostuvo.

El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, también celebró la noticia de que el Reino Unido mantenga su conformación como hasta ahora.