HONG KONG. La policía de Hong Kong usó gases lacrimógenos el domingo y advirtió que recurrirá a medidas adicionales para desalojar a miles de manifestantes que exigen elecciones libres frente a la sede del gobierno, desafiando a Beijing por restringir las reformas democráticas en esta isla semiautónoma.
Después de contener durante horas a los manifestantes, la policía lanzó cartuchos de gas lacrimógeno contra la multitud, el domingo en la noche. Ante las nubes de gas lacrimógeno, los manifestantes huyeron por una avenida, pero muchos regresaron casi de inmediato para continuar su protesta.
Los manifestantes intentaban sumarse a otros que efectúan una sentada frente a la sede del gobierno en demanda de que Beijing conceda auténticas reformas democráticas a la ex colonia británica.
Sin embargo, el plantón se vio eclipsado por las confrontaciones que se desarrollaban en las calles aledañas entre policías y quienes no podían ingresar en la zona de la protesta.
Estudiantes y activistas han acampado desde el viernes en las calles frente al complejo de gobierno, ubicado a unas cuadras del distrito financiero del centro de Hong Kong.
Estudiantes comenzaron el plantón, pero los dirigentes del movimiento de desobediencia civil llamado “Occupy Central” (Ocupemos Central) dijeron el domingo en la mañana que se les sumarían para dar inicio a una sentada gigantesca que habían anunciado para exigir que la elección del gobernante de Hong Kong se efectúe sin la intromisión de Beijing.
La policía utilizó gases lacrimógenos después de que la protesta deviniera en una extraordinaria escena de caos en la que la multitud abarrotó una calle de tráfico intenso y se enfrentó con agentes armados con aerosoles irritantes.
“Fue muy cruel que la policía ejerciera violencia grave contra los manifestantes que habían estado completamente pacíficos”, dijo una de los inconformes, Cecily Lui, empleada de 30 años.
“Los manifestantes sólo estaban sentados en la avenida y pedían hablar con (el gobernante de Hong Kong), Leung Chun-Ying para comenzar un diálogo. Ahora, la policía no ha resuelto nada y los estudiantes están más determinados a permanecer en el lugar”, agregó.
Después de que recurriera al gas lacrimógeno, la policía emitió un comunicado en el que exhortó a los manifestantes a que “se retiren pacífica y ordenadamente”.
“De lo contrario la policía aplicará un nivel de fuerza más alto para restaurar el orden público y salvaguardar la seguridad pública”, agregó.
Las movilizaciones, que Beijing califica de “ilegales”, fueron una escena inusual de desorden en el centro financiero asiático y pusieron de relieve la incapacidad de las autoridades para someter el descontento público ante el endurecimiento del control de Beijing sobre la isla.
China asumió el control de Hong Kong que le transfirió Gran Bretaña en 1997 y aplica en la isla la política de “un país, dos sistemas” que permite a este territorio-ciudad un alto grado de decisión sobre sus asuntos y conservar libertades civiles desconocidas en el suelo continental, al tiempo de que prometió que el gobernante local sería elegido mediante “sufragio universal”.