Enfermedades infecciosas como la malaria, el chikunguña e incluso el ébola y su rápida propagación en los últimos años son un ejemplo más de cómo el cambio climático amenaza a la seguridad sanitaria mundial.
“El cambio climático afecta las temperaturas y las condiciones climáticas de las regiones por lo que, por ejemplo, en África, los mosquitos pueden propagarse de una región a otra con más facilidad que antes, al igual como ocurre en Latinoamérica”, advirtió el director ejecutivo de Consejo de Administración del Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA), Achim Steiner.
Steiner concedió a Efe una entrevista telefónica desde Nairobi en la víspera de la presentación del quinto informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), que se dará a conocer mañana desde Copenhague.
“En muchas partes del mundo se verá indudablemente el regreso o la llegada de enfermedades que simplemente no se habían reportado antes, debido a las altas temperaturas que se están registrando”, advirtió el máximo responsable del PNUMA desde hace ya ocho años.
En su opinión, ello “añadirá un estrés adicional a la infraestructura sanitaria, el sistema de salud y, en última instancia, a la salud y bienestar de cada una de las poblaciones del planeta”.
Por tal razón, la comunidad científica ambiental está estrechando lazos con los organismos sanitarios a nivel global. “Mi colega Margaret Chan -directora de la Organización Mundial de la Salud (OMS)- organizó hace unos meses una reunión en Ginebra para discutir el cambio climático y la seguridad sanitaria”, recordó.