España investiga qué mecanismos de seguridad fallaron para que una enfermera se contagiara de ébola. El gobierno trata ahora de contener un posible brote del virus y decidió aislar a dos personas sospechosas de estar infectadas y poner bajo vigilancia médica a otras 50.
La determinación por evitar el avance del virus llevó el martes a las autoridades sanitarias a ordenar el sacrificio del perro mascota de la paciente infectada. Los próximos 21 días, considerados el periodo máximo de incubación, son claves para frenar el virus.
La paciente formó parte del equipo médico que atendió a un sacerdote español que murió víctima del ébola en septiembre. La infección es el primer caso documentado de contagio fuera de África occidental en el más reciente estallido del virus que ha costado la vida a casi 3,500 personas.
Para Europa, un problema que parecía lejano ha llegado a sus puertas y amenaza con franquearlas. El caso ilustra los peligros que enfrenta el personal sanitario que atiende a pacientes infectados de ébola.
Las autoridades admitieron el martes que la enfermera cambió el pañal del sacerdote y recogió la habitación tras su muerte. Pero dicen que llevaba el traje biológico protector y han abierto una investigación para identificar el foco de contagio.
Sindicatos de enfermería indicaron que la auxiliar era una técnico sanitaria cualificada con 14 años de experiencia. Decenas de profesionales se concentraron exigiendo la ministra de Sanidad, Ana Mato, a la que culpan de la falta de equipamiento adecuado para lidiar con los casos sospechosos.
“Ha sido una desagradable sorpresa. No lo imaginábamos”, dijo Rafael Pérez Santamarina, gerente del hospital Carlos III, donde está ingresada la enfermera. “Estamos buscando cual ha sido la causa del contagio”.
Otras dos personas se encuentran en aislamiento en el Carlos III, centro de referencia para el tratamiento de enfermedades infecciosas en la capital española. Una es el marido de la enfermera, que no presenta síntomas. Otra es un ingeniero español que regresó recientemente de Nigeria y que resultó negativo en una primera prueba para ébola. Se está a la espera del contranálisis para descartar la infección
Un tercer caso sospechoso, el de otra enfermera que también trató al misionero en septiembre, fue descartado a última hora del martes tras arrojar un doble resultado negativo de ébola en sendas pruebas. La paciente recibirá el alta en las próximas horas.
Sanidad ha reconstruido los movimientos de la auxiliar de enfermería infectada desde que presentó los primeros síntomas hace una semana para no dejar cabos sueltos. La mujer estaba de vacaciones, pero no llegó a salir de Madrid. El ébola sólo se contagia cuando el infectado está sintomático y por contacto directo de fluidos.
De hecho, el perro mascota de la enfermera española será sacrificado para evitar que transmita la enfermedad. Los responsables de Sanidad aseguraron que existe bibliografía científica que confirma el hallazgo de perros con anticuerpos del virus ébola y un riesgo potencial de contagio.
Madrid tuvo que pedir una orden judicial para matar al perro, llamado Excalibur, porque la enfermera y su marido, dueños del animal, no autorizaban su entrega, dijo el gobierno regional en un comunicado.
El sacrificio se producirá mediante eutanasia y las medidas adecuadas para evitar el sufrimiento del perro. El cadáver del animal será incinerado.
Un grupo de 22 personas, entre familiares directos y personal médico que asistió a la paciente, está bajo supervisión médica. El equipo de 30 personas que participó en la atención al religioso Manuel García Viejo está también bajo vigilancia.
Todos ellos deben tomarse la temperatura dos veces al día y reportar cualquier novedad importante en su estado de salud, desde fiebre hasta cualquier otro síntoma.
“Puede haber nuevos casos”, admitió José Ramón Arribas, jefe de la Unidad de Infecciosas del Carlos III. “Pero estas epidemias son contenibles con el aislamiento del paciente”.
“Solo contagia el paciente sintomático que tiene fiebre, a diferencia de otras enfermedades como la gripe y el sarampión”, agregó.
Arribas explicó que la enfermera evoluciona de momento favorablemente. Está siendo tratada con suero de otra paciente que sobrevivió al ébola. También explicó que tienen a su disposición un antiviral llamado “Favipiravir”. No existe un tratamiento para el ébola y todas las soluciones terapéuticas son experimentales o aplicadas a otros virus.