Flores para muertos en atentado de París.PARÍS. Todas las pistas en la investigación sobre los mortíferos ataques de París apuntan a la posibilidad de un equipo liderado por franceses con base en Bélgica, que podría haber usado la ruta de los refugiados desde Siria a través de Grecia para conectarse y perpetrar la matanza.

Aún se conocen pocos detalles sobre las ocho personas -siete muertos y uno que logró escapar- que perpetraron los atentados contra varios bares de París, una sala de conciertos y un estadio de fútbol, dejando 132 fallecidos y 349 heridos.

No obstante, al juntar los elementos que se conocen hasta el momento, se entrevé un comando multinacional bien entrenado y organizado, apoyado por una red transfronteriza que va desde Oriente Medio a los suburbios más desfavorecidos de Bruselas, pasando por la isla griega de Leros y la ciudad francesa de Chartres, e incluyendo posiblemente también a Alemania.

El alcance internacional de la red llevó al ministro del Interior francés, Bernard Cazeneuve, a pedir una cumbre urgente de la Unión Europea para analizar qué medidas de seguridad nuevas necesita el bloque para combatir estas amenazas.

“El abyecto ataque fue preparado en el exterior, movilizó a un equipo con base en territorio belga y se benefició del apoyo en Francia”, dijo en una rueda de prensa con su par de Bélgica.

Ya se sabe que cuatro de los ocho atacantes que Estado Islámico asegura haber enviado a perpetrar los ataques son franceses, como Ismael Omar Mostefai, un descendiente de argelinos de 29 años de Chartres, al suroeste París.

Él es uno de los siete militantes que pereció en los ataques, suicidándose con explosivos en la sala de conciertos Bataclan, el lugar más sangriento de los ataques del viernes.

Su perfil es el típico de los yihadistas franceses: tras un periodo inicial de delitos pequeños, se radicalizó rápidamente y se separó de su círculo social previo.

Los medios franceses citaron a residentes locales que dijeron que fue influido por un imán radical procedente de Bélgica en 2010, el mismo año que el fiscal de París afirma que se creó su ficha como islamista radicalizado.

Citando fuentes anónimas, el diario Le Monde reportó que es probable que Mostefai, padre de dos niños, viajara a Siria en el invierno boreal de 2013-2014, antes de volver a Chartres.

El otro nombre que se conoce hasta el momento es el de un francés nacido en Bélgica, que sigue huido. Salah Abdeslam tiene 26 años y es sospechoso de haber alquilado el Volkswagen Polo negro usado en los tiroteos, indicó la policía francesa.

La oficina del fiscal de París identificó a otros dos asaltantes como franceses, de 20 y 31 años. No dio su nombres, pero dijo que fueron atacantes suicidas, uno en el Stade de France y otro en uno de los bares. Una fuente judicial señaló que uno de los dos era hermano de Abdeslam.

El lugar donde los investigadores están haciendo más progresos es en Bélgica, el país de la UE que aportó más combatientes extranjeros a la guerra civil en Siria en proporción a su población, y que estuvo relacionado con ataques y tramas islamistas en todo el continente en el último año.

Fiscales belgas informaron el domingo del arresto de siete personas en varias redadas y confirmaron también que los dos atacantes suicidas franceses vivieron en Bélgica.

Se cree que al menos uno de los detenidos en el barrio de Molenbeek, en Bruselas, pasó la noche del jueves en París, donde dos vehículos registrados en Bélgica fueron hallados cerca de algunos escenarios de la matanza.

“Coincido en que casi siempre hay una relación con Molenbeek, lo que es un problema gigantesco”, afirmó el primer ministro belga, Charles Michel.

Por: John Irish