La Iglesia de Lucifer que tiene conmocionado a un pueblo de Texas.OLD TOWN SPRING, Texas. El pequeño poblado de Old Town Spring, al norte de Houston, se encuentra conmocionado por la apertura de un nuevo y polémico templo: la llamada Gran Iglesia de Lucifer. Pero buena parte de esa consternación se debería, mayormente, a confusión e incomprensión.

Como relata la televisora local KPRC, la Gran Iglesia de Lucifer en Spring abrió sus puertas el viernes pasado, con la asistencia de algunas docenas de practicantes de la doctrina luciferista. Afuera de ese recinto, al menos 100 personas, más que las congregadas dentro de él, protestaban contra lo que consideraban, como ellos mismos dijeron, “el enemigo” que hará que quienes estaban dentro del templo “perezcan en el infierno”.

En escenas de la protesta se pueden ver carteles proclamando el amor a Jesús y diciendo, entre otras cosas que el “el satanismo no es un valor estadounidense” y que “María, reina de los ángeles, aplastará la cabeza de Lucifer”. Y desde el viernes la iglesia luciferina ha sido ya vandalizada al menos en dos ocasiones, de acuerdo a otra información de la KPRC, aunque no habría evidencia de una conexión entre esos ataques y los que protestaron el viernes en Spring.

El detalle, al margen de que cada uno puede creer en lo que desee y que ese derecho está garantizado por la Constitución de Estados Unidos, es que la Iglesia de Lucifer en realidad no adora al personaje de ese nombre de la tradición judeocristiana, el ángel que osó retar a Dios y por ello cayó en condena eterna. Los cristianos, así, generalmente consideran equivalentes los nombres de Lucifer y Satán, y por ello el clamor de los manifestantes en Spring: ellos repudiaban lo que consideraban un centro de adoradores del demonio en su propia comunidad.

Pero como se señala en algunos artículos sobre “religiones alternativas”, el concepto de Lucifer de los que profesan la doctrina del luciferismo no tendría que ver con Satán, sino que aludiría a un concepto de iluminación. Incluso, hay luciferistas ateos y otros que creen que Lucifer fue un personaje real. Y aunque hay versiones de ese credo que sí vinculan a Lucifer con Satán, ese Satán tampoco sería el de la tradición judeocristiana, sino más bien otra cosa: una suerte de símbolo de la preeminencia de lo material sobre lo espiritual. Al menos a los ojos de quienes creen en ello.

Una explicación de lo que creen los luciferistas de Spring la dieron ellos mismos, en una nota publicada por el portal Christian News: para ellos Lucifer es la “estrella de la mañana” y lo que ellos buscan la iluminación. Y aunque no tendrían conexión con el concepto cristiano de Lucifer, sí reconocen que su culto tiene un componente de ocultismo.

Ciertamente, habiendo tal riqueza de nombres y símbolos para escoger si se desea predicar la idea de iluminación, liberación o la primacía de esta vida sobre la idea de lo sobrenatural, seleccionar nombres como Lucifer y Satán tiene su carga de provocación, algo que resulta irresistible para muchos cristianos intensos que no pueden tolerar la idea de que alguien rinda culto o profesión a nada que tenga que ver con esos nombres, aunque no se traten necesariamente del “enemigo” que ellos imaginan.

Con todo, en la escala de la ley y el estado, es irrelevante la teología o la filosofía de uno u otro culto. Todos tienen derecho a profesar la religión que prefieran, siempre desde luego que el culto no violente la propia ley. Y todos tienen el derecho de manifestarse pacíficamente para expresar su rechazo a algo que consideran impropio.

Son la libertad religiosa y la libertad de expresión en plenitud.